Orgánico, francés y elaborado en la antigua destilería, Archibald Tonic es una mezcla de agua de manantial y destilados de plantas de Francia: sin quinina, pero raíz de genciana y bayas de enebro. ¿El resultado?
Un amargor sutil y suave, con notas herbáceas incluso un poco enraizadas y al final de boca, burbuja muy fina y un bajo contenido en azúcares que no abruma el paladar y convierte a Archibald en una bebida que calma la sed; muy fresco, complejo y largo en boca.
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