La ginebra de ruibarbo, con su delicado sabor a ruibarbo, es la ginebra de verano obvia. Ya por sus aromas, se percibe su dulzura y suavidad así como un toque fresco de cítricos, tras lo cual se expresa el clásico botánico, el enebro.
Copenhagen recomienda servirlo en una versión de verano con fresas y albahaca. Rellene con una tónica clásica con notas cítricas.
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