La plata siempre ha determinado el bienestar de las ciudades tirolesas de Schwaz y Vipiteno: de hecho, en las montañas circundantes se extrajeron grandes cantidades de este metal precioso y familias como los Fugger, gracias a esta actividad, han escrito la historia europea. A partir de la memoria de esta importante fuente de riqueza local, nació la idea de destilar una ginebra que contenía, junto con las especias clásicas (nuez moscada, lavanda, anís, raíces de genciana, cáscara de limón y de naranja, canela, clavo de olor) y el enebro, serbal y arándanos macerados, también hojas de plata. Más ligera y cítrica que la PIZ47, esta ginebra se elabora siguiendo el mismo proceso de destilación.
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